4 crumble de manzana receta

El crumble es un postre de origen anglosajón que se compone de una capa de fruta y otra de migas de galleta que se cuece en el horno. El calor reblandece la fruta y endurece la cobertura o crumble, dando lugar a un postre que es absolutamente adictivo.

En el Reino Unido, los crumble están asociados al otoño y al invierno, a días fríos y lluviosos. Es por ello que se suelen consumir en caliente (o templado), aunque también se pueden consumir fríos. Hay tantos crumble como frutas existe (o sus combinaciones) y el que hoy preparamos es el de manzana. Posiblemente el más popular de todos, aunque el de ciruela y el de frutos del bosque le siguen muy de cerca.

Son uno de los máximos exponentes de la cocina reconfortante o “comfort food” y están deliciosos por sí solos o acompañados de una bola de helado de vainilla o regados con un chorrito de crema inglesa.

Para que este crumble quede perfecto es importante encontrar el equilibrio entre las dos capas, la de manzana y la de migas de galleta. No hay nada más triste en el mundo de los crumble que aquellos que están descompensados y que muestran una cantidad ridícula de crumble sobre una montaña de fruta, o viceversa. Ya os adelanto que esto no pasa con mi receta, así que sacad los ingredientes, encender los hornos y preparad los estómagos para un crumble de manzana de rechupete.

Y si os apetece celebrar el «Apple Crumble Day» que sepáis que se lleva celebrando los 12 de Octubre de cada año. Aunque no soy muy fan de este tipo de días, pues creo que toda ocasión para celebrar es buena. Lo importante es prepararlo y disfrutarlo, ¿verdad?

Preparación de crumble de manzana

Para la cobertura o crumble

1. En un recipiente hondo mezclamos la harina con el azúcar y los copos de avena. Añadimos la mantequilla, cortada en cubos y muy (pero que muy) fría. Podemos trocearla y meterla en el congelador unos minutos antes de añadir al resto de ingredientes. De esta forma nos aseguramos que está bien fría y firme.
2. Pellizcamos la mantequilla al tiempo que la integramos al resto de ingredientes. Mezclamos con las yemas de los dedos hasta obtener una especie de migas, procurando no calentar la mezcla.
3. Extendemos sobre una bandeja de horno, cubierta con papel vegetal.
4. Introducimos la bandeja en el horno, precalentado con calor arriba y abajo a 190ºC, y cocemos durante 10 minutos o hasta que esté crujiente, removiendo a media cocción para que se dore de igual forma por todos lados. Mientras la cobertura está en el horno preparamos la base de manzana.

Para la base de manzana

1. Pelamos las manzanas, retiramos las semillas y troceamos en piezas regulares, como de 1.5 cm de tamaño. Introducimos los trozos de manzana en una cacerola y los regamos con el vino blanco y el agua.
2. Añadimos la harina fina de maíz, el azúcar, la canela molida, la rama de canela y la estrella de anís.
3. Cocemos a fuego suave durante 5 minutos aproximadamente. No hay que reblandecer la manzana en exceso, hay que tener en cuenta que luego va a pasar por una segunda cocción en el horno. Transcurrido este tiempo, retiramos la manzana del fuego y desechamos la rama de canela y la estrella de anís.

Terminación del crumble de manzana

1. Colocamos la manzana cocida en la base de un recipiente hondo y apto para horno. Repartimos la cobertura sobre la manzana, procurando que quede con un grosor homogéneo.
2. Introducimos el recipiente en el horno de nuevo y cocemos a 190ºC, con calor arriba y abajo, durante 10-12 minutos más o hasta que la cobertura esté dorada.
3. Retiramos el crumble de manzana del horno y dejamos reposar unos minutos antes de servir. Está delicioso en caliente y acompañado de una bolita de helado de vainilla o un chorrete de crema inglesa, pero nada nos impide disfrutarlo frío.

Aquí tenéis todas las fotos donde muestro como preparar esta receta paso a paso. No os perdáis detalle para que os salga un crumble de rechupete.

Consejos para un crumble de manzana perfecto

• Podemos enriquecer la base de manzana añadiendo otros licores como brandy o amaretto, así como unas cucharadas de mermelada de albaricoque, unas uvas pasas y/o un poco de zumo de naranja. El sabor de la fruta se verá potenciado y engrandecido, por lo que se puede recortar la cantidad de azúcar a utilizar en la receta en general.
• Agregando un poco de harina de maíz a la manzana evita que la cubierta o crumble se empape del jugo de la fruta y quede blanda en lugar de crujiente.
• También se puede enriquecer la cubierta o crumble incorporando, con moderación, copos de avena, galletas desmenuzadas o frutos secos picados o molidos.
• A la hora de mezclar los ingredientes del crumble, es imprescindible añadir siempre la mantequilla al final, en dados y bien fría, y usar las puntas de los dedos para incorporar a los ingredientes secos trabajando con rapidez para no sobre calentar la mezcla y conseguir esa textura de migas que lo caracteriza.
• Sí, a pesar de lo anterior, el crumble queda como una masa de galletas, y no como unas migas, arreglarlo es sencillo. Envolvemos la masa en papel transparente y lo introducimos en la nevera donde la dejamos endurecer durante, al menos, una hora. Después la rallamos con un rallador grueso y listo.

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